19/09/2025 Noticia

Los incendios forestales de gran escala son cada vez más frecuentes y devastadores en todo el mundo, y dificultan la recuperación de los bosques

Responsable de comunicación social

Marina Torres Gibert

Bióloga ambiental especializada en comunicación científica. Me apasiona explicar la ciencia a la sociedad de forma atractiva y comprensible.

Los incendios forestales se han vuelto mucho más frecuentes e intensos en todo el mundo, especialmente los de gran escala, que son los más destructivos. Esta tendencia ha provocado cambios importantes en la estructura y el funcionamiento de los bosques, lo que hace que tarden más en recuperarse y sean más sensibles a la severidad del fuego. Estas son las conclusiones de un estudio internacional publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, que ha analizado 3.281 grandes incendios en todo el mundo a lo largo de dos décadas, y ha contado con la participación de Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF.

Los datos evidencian que a partir de 2010 es cuando se detecta que los incendios son más severos y afectan a áreas más extensas, sobre todo en las regiones áridas y en las boreales, entre otros motivos, porque ese año marca un punto de inflexión en la aceleración del cambio climático, con más calor, sequías y eventos extremos. Los “puntos calientes” o regiones del planeta que tienden a sufrir incendios de estas magnitudes son la región oeste de Norteamérica, el sureste de Australia, el norte de Sudamérica, el sur de Asia, y la región centro-este del norte de Siberia. 

Josep Peñuelas CREAF

Con los resultados vemos, por un lado, que los ecosistemas cada vez están sufriendo incendios más graves y, por otro, que tardan más en recuperarse.

“Con los resultados vemos, por un lado, que los ecosistemas cada vez están sufriendo incendios más graves y, por otro, que tardan más en recuperarse”, destaca Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF y uno de los coautores.

Los bosques normalmente tardan de media 4 años en recuperarse. Según los resultados del estudio, estas regiones necesitan entre 4 y 5 meses adicionales para recuperar la densidad de vegetación, ya que esta depende de la tasa de supervivencia de las semillas: cuanto más seco y caluroso es un ecosistema, menor es la supervivencia. Por otro lado, para recuperar la estructura del dosel forestal, que es la capa superior del bosque formada por las copas de los árboles, los bosques necesitan entre 3 y 4 meses más, entre otros motivos porque sufren más escasez hídrica y crecen más lentamente. Por último, necesitan entre 3 y 4 años más para recuperar la productividad primaria bruta, que es la energía total generada por las plantas mediante la fotosíntesis antes de gastar una parte en respirar. “Si baja esta productividad, también se pierde capacidad para que un bosque almacene carbono atmosférico”, alerta Josep Peñuelas.

Para descubrirlo, el trabajo analiza tres indicadores de teledetección —densidad de vegetación, dosel forestal y productividad primaria bruta— para ver cómo se ha recuperado la vegetación en 3.281 incendios de gran escala, con más de 10 km² de superficie quemada, ocurridos entre 2001 y 2021 en diferentes regiones del planeta. 

La gravedad del fuego es más determinante que el clima 

Uno de los hallazgos más relevantes es que la intensidad de los incendios tiene un impacto mucho mayor en la recuperación forestal que las condiciones climáticas posteriores. Cuanto más grave es el incendio, más lenta es la regeneración o incluso puede estancarse. Entre los motivos señalan que los incendios más intensos destruyen no solo las copas, sino también las semillas, los brotes y buena parte del suelo orgánico, “lo que reduce mucho la capacidad de regeneración natural”, explica Josep Peñuelas.

Esto ocurre especialmente en bosques boreales, donde de forma natural ya tardan más en recuperarse, y con estos tipos de incendios el proceso se hace aún más lento. De hecho, los bosques de coníferas perennes, típicos de ecosistemas boreales, son los más afectados: menos de un tercio se recuperaron completamente en siete años, mientras que los bosques tropicales húmedos de hoja ancha mostraron una recuperación más rápida, “ya que las coníferas tienen un crecimiento más lento y menor capacidad de rebrote tras incendios severos”.

El estudio también destaca que cuanto más húmedo es el suelo, más se favorece la regeneración de los bosques después de los incendios porque aporta el agua que necesita la vegetación para volver a crecer. “Este es uno de los motivos por los que los ecosistemas tropicales se recuperan más rápidamente”, añade Josep Peñuelas. En cuanto a la temperatura, en cambio, los datos muestran que a partir de 2010 juega un papel en contra porque perjudica a las plántulas, los árboles jóvenes que crecen justo después de la germinación y que son mucho más vulnerables a los cambios ambientales que los adultos. 

Una herramienta clave para la gestión forestal 

Estos hallazgos son esenciales para comprender mejor los mecanismos de recuperación forestal, estimar su capacidad como sumidero de carbono y planificar estrategias post-incendio más eficaces. Además, el estudio alerta de que muchos modelos climáticos actuales no tienen en cuenta los cambios en el tiempo de recuperación, lo que puede provocar una infraestimación de su impacto a largo plazo.

Con la previsión de que la incidencia global de los incendios de gran escala aumente un 14% en 2030 y hasta un 50% a finales de siglo, los autores hacen un llamamiento urgente a implementar medidas de restauración ecológica y reforestación para acelerar la regeneración forestal y preservar el papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático.

Referencia del artículo: Lv, Q., Chen, Z., Wu, C. et al. Increasing severity of large-scale fires prolongs recovery time of forests globally since 2001. Nat Ecol Evol 9, 980–992 (2025). https://doi.org/10.1038/s41559-025-02683-x  

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