10/07/2025 Opinión

Ciencia y campesinado denuncian el uso indebido del concepto de agricultura regenerativa por parte de empresas privadas

Investigador/a sénior

Javier Retana Alumbreros

Soy Catedrático de Ecología de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del CREAF, institución de la que fui director desde 2005 hasta 2019. Mi investigación está basada en el estudio de

Un amplio grupo de entidades, entre los que se encuentran la Asociación de Agricultura Regenerativa Ibérica (red ARI) y la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE) ha lanzado una campaña colectiva bajo el lema “Ni greenwashing ni venenos camuflados: unidos por una agricultura regenerativa sin agrotóxicos” con el objetivo de proteger la integridad del concepto de agricultura regenerativa frente a su uso indebido por parte de algunas empresas certificadoras privadas. Algunas compañías han desarrollado sellos “regenerativos” que permiten el uso de herbicidas, pesticidas y fertilizantes de síntesis, unas prácticas totalmente contrarias a las bases de la agroecología y el modelo regenerativo. La agricultura regenerativa, fundamentada en los principios de la agroecología y recomendada por paneles intergubernamentales como el IPCC, busca regenerar, estimular y mantener la fertilidad y biodiversidad de la tierra. Las entidades impulsoras de la campaña trabajan con el CREAF como entidad de referencia científica experta en este ámbito desde hace años y cuentan con este centro de investigación como asesor de la campaña. Los principios básicos e innegociables de la práctica regenerativa son el mantenimiento de la estructura natural del suelo, el aumento de la biodiversidad, el aprovechamiento óptimo del agua, la integración de los animales en el sistema, la cobertura del suelo y la eliminación total del uso de maquinaria pesada y agroquímicos.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC), el 24% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano provienen de la agricultura y la ganadería convencional. En España, prácticamente la mitad de estas emisiones están generadas por el uso de agroquímicos y la gestión deficiente de los suelos. Con este contexto, el término de agricultura regenerativa está ganado cada vez más protagonismo entre los discursos políticos, empresariales y climáticos, por lo que el mismo organismo científico lo califica de solución múltiple, por su capacidad de mitigación (emite menos carbono y captura más) y por su papel en la adaptación (resiste mejor las sequías y no depende de combustibles fósiles). Por desgracia, cómo ya pasó con los conceptos “eco” o “bio”, el auge de la agricultura regenerativa está siendo acompañado por un proceso de apropiación y vaciado de contenido con fines publicitarios, comerciales y de lavado de imagen. Certificar como regenerativos alimentos que se han producido con el uso de sustancias químicas de síntesis es una contradicción y un engaño para el consumidor. 

Los agrotóxicos no tienen cabida en la agricultura regenerativa 

El modelo de agricultura regenerativa, como han definido colectivos de práctica y centros de investigación, se basa en devolver la vida al suelo y a todos los ecosistemas adyacentes a partir de los recursos propios de la naturaleza. Los biocidas (plaguicidas, herbicidas, fungicidas, etc.) pretenden justo lo contrario: eliminar algunos de los organismos vivos del entorno. Numerosos estudios han demostrado que restaurar la vida del suelo y los ecosistemas solo es posible dejando de utilizar insumos tóxicos y adoptando prácticas como la cobertura vegetal, el pastoreo rotativo, la agroforestería o la diversificación productiva. De hecho, un agroecosistema vivo y regenerado no necesita agroquímicos porque permite que las especies se equilibren entre sí. Por ejemplo, las mariquitas son grandes depredadoras de pulgón y pueden controlar su proliferación como plaga en los cultivos. 

Tractor_pesticides

Tractor arrojando pesticidas sobre un campo. Autor: Mirko Fabian (Unsplash) 

Por un lado, la aplicación de sustancias químicas sintéticas en agricultura augmenta gradualmente la contaminación del suelo y del agua. Dado que los recursos hídricos son escasos y finitos, su deterioro mediante agroquímicos nunca puede ir de la mano del modelo agroecológico o regenerativo. Por otro lado, estas sustancias también pueden acumularse en los propios alimentos. Por lo tanto, la comida producida con el uso de agroquímicos será menos sana para el consumidor. Las personas, como cualquier otro animal, pueden bioacumular estos compuestos químicos en sus tejidos y padecer problemas de salud asociados a ello. Además, el modelo convencional, el que usa químicos sintéticos, depende absolutamente de las grandes empresas agroquímicas y del encarecimiento continuo de sus productos. Esto se suma al hecho de que los ecosistemas agrícolas son cada vez más resistentes a los efectos de estas sustancias, por lo que hay que ir aumentando su dosis, como pasa con los antibióticos en sanidad. Ésta es una de las muchas razones por las que se ha demostrado, a través de un estudio reciente del CREAF, que la agricultura regenerativa puede producir la misma cantidad de alimentos que la convencional y, a la larga, con un coste económico igual o menor

La agricultura regenerativa real continua su camino 

El CREAF está trabajando junto a la Asociación de Agricultura Regenerativa Ibérica y productores regenerativos de toda España para generar un marco de referencia científica y práctica en torno al modelo de agricultura regenerativa real en el contexto ibérico. El proyecto, que se llama REGEN y está financiado por la European Climate Foundation, está abriendo debates sobre cómo adaptar este innovador modelo agrícola y ganadero a los diferentes tipos de cultivos y a las diferentes regiones climáticas de la península. Por su parte, la Red Ibérica de Agricultura Regenerativa lleva años definiendo y concretando qué es y qué no es esta agricultura, ofreciendo prácticas validadas en campo y manuales técnicos con base científica y práctica.

Ahora, los impulsores de la campaña contra la certificación regenerativa fraudulenta buscan el apoyo de todo el mundo para su difusión, pidiendo dar visibilidad a personas productoras y expertas que practican o investigan sobre agricultura regenerativa real y adherise al manifiesto “Ni greenwashing ni venenos camuflados”

olivar_andalusia

Olivar regenerativo de Andalucía donde se hizo el primer debate del proyecto REGEN. Autor: José Miguel Gallardo para la Asociación de Agricultura Regenerativa Ibérica.

Nota realizada conjuntamente con la Asociación de Agricultura Regenerativa Ibérica, VerdCamp Fruits, A Regenerar y el resto de entidades unidas a la campaña en cuestión. 

AMB LA COL·LABORACIÓ DE: