El cambio climático y la sequía han duplicado las áreas defoliadas en las copas de los árboles de los bosques mediterráneos en los últimos 20 años
El secado de los bosques tiene repercusiones negativas en la biodiversidad de las especies de hongos y insectos que dependen de los árboles, con efectos que perduran durante años.
La defoliación de los bosques podría reducir la eficiencia de los bosques en la captación de CO2 atmosférico y puede favorecer las oleadas de calor estivales.
Debido al aumento de las sequías durante Las últimas décadas, los bosques del sur de Europa han doblado la superficie defoliada
El cambio climático está incrementando la frecuencia y severidad de fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones, tormentas de viento o huracanes. En la cuenca Mediterránea y la Europa del sur, el análisis de series metereológicas de larga duración indica que el cambio climático ha provocado ya un aumento significativo de la frecuencia e intensidad de los períodos de sequía en las últimas décadas.
El cambio climático está incrementando la frecuencia y severidad de fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones, tormentas de viento o huracanes. En la cuenca Mediterránea y la Europa del sur, el análisis de series metereológicas de larga duración indica que el cambio climático ha provocado ya un aumento significativo de la frecuencia e intensidad de los períodos de sequía en las últimas décadas.
Un nuevo estudio de la Unidad de Ecología Global, que agrupa a investigadores del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) y del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC, junto con investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha examinado las consecuencias del aumento en la frecuencia del sur de Europa durante los últimos veinte años (1987-2007).
Los resultados del estudio son concluyentes: debido al aumento de las sequías durante las últimas décadas, los bosques del sur de Europa han doblado el porcentaje de superficie defoliada en la parte alta de los árboles. en todas las especies arbóreas (ver fig. 1 y 2).
El estudio también muestra que las sequías de larga duración (o sequías multianuales) afectan muy negativamente a las comunidades de animales y hongos que dependen directa o indirectamente de los árboles por su alimentación. Es el caso, por ejemplo, de los hongos defoliadores, insectos defoliadores, hongos micorrícos de todos estos. Las sequías pueden llevar a las comunidades de hongos e insectos al colapso por falta de alimento, ocasionando una reducción drástica en la abundancia y biodiversidad que se prolonga durante años una vez finalizada la sequía (fig. 3).
Estos colapsos se producen sincrónicamente a grandes escalas, afectando por ejemplo a grandes áreas de la extensión de la península Ibérica, y se cree que pueden afectar seriamente el riesgo de extinción de numerosas especies endémicas, raras y/o protegidas que habitan específicamente en la cuenca Mediterránea. nivel mundial y que los impactos de las sequías extremas es una de las potenciales amenazas más notables para la conservación de la biodiversidad en esta área.
Una retroalimentación positiva entre defoliación y cambio climático.
Una retroalimentación positiva entre defoliación y cambio climático.
El estudio también analiza cómo el declive generalizado en el estado de las copas de los árboles en el Mediterráneo puede retroalimentar las dinámicas del cambio climático. En primer lugar, porque los bosques que han incrementado el porcentaje de superficie defoliada verán reducida su capacidad y eficiencia en los procesos de fijación de carbono. Se sabe que los bosques captan y retienen anualmente cerca de un tercio de las emisiones de carbono de la atmósfera (CO2). Sin embargo, durante los últimos años varios estudios han constatado un declive progresivo en la capacidad de los bosques para retener carbono y que el impacto de las sequías en el estado de los bosques es una de sus principales causas.
Por otra parte, el aumento de la defoliación en los bosques del sur de Europa puede reducir el efecto temperador de los bosques durante los períodos de sequía y los golpes de calor estivales. Varios estudios han demostrado recientemente que los bosques europeos moderan la subida de temperaturas en verano por efecto de la transpiración de agua a través de las hojas: cuando esta agua se evapora reduce la temperatura ambiental y disminuye los impactos de los golpes de calor estivales. Desgraciadamente, el declive en la estructura de las copas de los árboles podría reducir la capacidad de los bosques para transpirar durante épocas de calor extremo y retroalimentar el cambio climático.
Además de la Unidad de Ecología Global del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) del CSIC y de la UAB, en el estudio también participaron investigadores de otros departamentos de la UAB, así como del Servicio Nacional de Protección de los Bosques del Ministerio de Medio Ambiente y de la Universidad de Groningen (Países Bajos).