
Ya sabíamos que con el cambio climático se libera más CO2 desde los suelos árticos, pero creíamos que al menos parte de estas emisiones se compensaba con el crecimiento de las plantas, que incrementa ligeramente con el calentamiento. Sin embargo, este estudio demuestra lo contrario: el nitrógeno se pierde, la fertilidad del suelo disminuye y, como resultado, los ecosistemas árticos no pueden compensar estas emisiones microbianas de CO2