Según el equipo, los árboles centenarios del bosque amazónico son los más importantes. A parte de su función como sumidero de carbono, también son los responsables de crear los llamados ríos voladores ya que con el proceso de evapotranspiración forman las nubes de lluvia que se transportan a otras partes del mundo. Así, si este ciclo se altera, el patrón de precipitaciones a escala continental también estaría en riesgo, sobre todo en regiones de Bolivia, Argentina, Paraguay y Brasil.
Pero hay más. Los árboles centenarios como la castaña del Brasil, la caoba o el jatobá no solo destacan por su tamaño y longevidad —pueden vivir más de 500 años—, sino por ser verdaderos ecosistemas verticales que albergan una gran cantidad de biodiversidad. Entre sus copas y troncos conviven aves como tucanes y guacamayos, mamíferos arborícolas, reptiles, insectos, ranas y plantas como orquídeas y bromelias. “Estos gigantes crean microhábitats únicos, así que su desaparición representa también la pérdida del mundo que acoge entre sus ramas”, advierte Mencuccini.
El estudio lo ha liderado la Universidad de Edimburgo, también ha participado la Universidad de Exeter y la Universidad de Cardiff en Reino Unido; el CREAF e ICREA en España; la Universidad Nacional de Australia y la Universidad de Adelaida en Australia; y varias instituciones brasileñas como la Universidad Federal de Pará (UFPA), el Museu Paraense Emílio Goeldi y la Universidad Federal Rural de la Amazonia (UFRA).
Articulo de referencia: Sanchez-Martinez, P., Martius, L. R., Bittencourt, P., Silva, M., Binks, O., Coughlin, I., Negrão-Rodrigues, V., Silva Jr, J. A., Da Costa, A. C. L., Selman, R., Rifai, S., Rowland, L., Mencuccini, M. & Meir, P. (2025). Amazon rainforest adjusts to long-term experimental drought. Nature Ecology & Evolution. https://doi.org/10.1038/s41559-025-02702-x