06/05/2025 Protagonistas

Paula Bruna, la científica que pone el foco en el arte

Comunicación y Relaciones Internacionales

Adriana Clivillé Morató

Periodista convencida de la comunicación para construir mejores organizaciones. Adentrándome en las relaciones internacionales. 

Se puede afirmar que el singular diálogo entre ciencia y arte que impulsa el CREAF con la iniciativa Ecotons cuenta con una mirada privilegiada en la edición de 2025, de la que Paula Bruna es la comisaria. Y es así porque, al margen de etiquetas, Bruna es tanto una artista titulada en Ciencias ambientales que hace 20 años se consagra a la investigación, como una científica que deja de lado primero la carrera investigadora y después la gestión territorial para formarse en Bellas Artes y especializarse en concebir instalaciones artísticas. Y éste último es su rol actual. "Me encaminé hacia la carrera científica porque me atrae conocer, estudiar, hacerme preguntas", apunta. "En ese momento fue una suerte trabajar con el grupo del investigador del CREAF Josep Peñuelas". Este recuerdo se remonta a bastantes años atrás y, de la misma manera que admite haber disfrutado y aprendido muchísimo, confiesa que experimentó alguna desilusión a la que hoy puede poner palabras. "Algunas partes de la investigación las encontraba acotadas y me limitaban", analiza desde la distancia, reconociendo que "seguramente era demasiado joven". 

Paula Bruna CREAF, Imatge: Galdric Mossoll

La creatividad, la capacidad de cambiar de ruta según sus resultados y el rigor son algunas conexiones entre disciplinas aparentemente alejadas: la científica, fundamentada en evidencias y la artística, establecida sobre la subjetividad. “Hay muchas formas de entender la confluencia entre ciencia y arte”, apunta. "Yo llego a partir de la pregunta que tanto una como otra se formulan sobre cómo es el mundo y cómo podemos entenderlo. Ciencia y arte tienen mucho en común: una pregunta y una hipótesis iniciales, una búsqueda desde la práctica mediante la cual buscamos respuestas, si bien a menudo se generan más preguntas...". En este punto de encuentro, la edición actual de Ecotons que Bruna comisaría se propone "favorecer un vínculo acotado y preciso de una propuesta artística con un proyecto de investigación del CREAF". La voluntad subyacente tiene una base científica, tal y como la plantea: "seguir impulsando preguntas para remover la emoción".

Remover la emoción

La emoción es justamente la señal, el gran indicio tal y como lo concibe la comisaria de Ecotons. Y quizás sea también un síntoma de nuestra falta de acción como sociedad ante el cambio climático y la pérdida de biodiversidad que esta científica-artista vincula con el arte. "Siento una gran decepción como ambientóloga por el hecho de que empeoren tantos indicadores ambientales que requieren nuestra intervención, como la pérdida de especies y las emisiones de CO2. Aquí es donde el arte tiene un significado y una utilidad, más allá de dar a conocer. Hace tiempo que me pregunto qué nos estamos dejando. Disponemos de datos cada vez más precisos, pero nos falta la emoción para cambiar cómo vemos el mundo. Es algo muy evidente desde la política”. Bruna insiste también en que "nos creemos la ficción de que somos una especie superior y no lo cuestionamos". 

Paula Bruna CREAF

Como ambientóloga es decepcionante que empeoren tantos indicadores ambientales que requieren nuestra intervención, como la pérdida de especies y las emisiones de CO2. Aquí es donde el arte tiene un significado y una utilidad. Tenemos datos cada vez más precisos, pero nos falta la emoción para cambiar la forma en que vemos el mundo. Y esto es muy evidente desde la política.

Su contribución para cambiar este paradigma es seguir impulsando preguntas mediante la ciencia, la ficción y la práctica artística: "me ayuda a entrar en puntos de vista no humanos. ¿Y cómo puedo hacerlo? Mediante el arte y la ficción: una base científica me ayuda a entender quiénes son y cómo perciben los demás seres y cómo vivir una práctica o ahora como transgredir límite artística me permite convertir esta ficción en una vivencia por tiempo determinado. Para mí tiene un potencial transformador valioso”. 

El objetivo de su trabajo en la residencia artística del CREAF Ecotons es repensarnos: “llegar al personal científico, veo una puerta abierta para ofrecer una vía de escape hacia todo aquello que el método científico desestima por el bien de la objetividad". Por tanto, "Ecotons se plantea en dos sentidos entre dos hábitats: también para abrir el arte a la ciencia, la posibilidad de canalizar la parte emocional e intuitiva, creativa en muchos sentidos y que pueda repercutir en el trabajo científico".

Las Bellas Artes como un filtro del mundo

Su pulsión artística se mantuvo latente mientras formaba parte del primer equipo de especialistas en Ciencias ambientales del gobierno autonómico catalán dedicado a investigación e innovación en evaluación territorial, una experiencia tan apasionante como absorbente. "Me gustó mucho la visión transversal: idear la planificación territorial pensada para personas, considerar la conectividad ecológica, la movilidad, la propiedad de los terrenos, etc". Pero, al mismo tiempo, fue una vivencia desgastante que le llevó a poner el foco en el arte, su interés original y más genuino. "Me matriculé en la Universidad de Barcelona y recuerdo ser la persona más feliz del mundo el primer día de clase con los pinceles en la mano", rememora.

Paula Bruna_06_foto Galdric Mossoll

Una beca de 6 meses en la prestigiosa The Cooper Union for the Advancement of Science and Art de Nueva York y otra en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Atenas acabaron de consolidar una confianza y un camino. "Por primera vez pensé que podía ir en serio. En Nueva York expuse por primera vez, se me abrió el campo de trabajo, experimenté en dos dimensiones, tenía recursos y el permiso para indagar y hacer y me expandí. Es cuando empiezo a trabajar con vídeo: me sentí muy libre y me atreví".

Lo que resuena como una liberación es el embrión de una carrera artística que siempre más ha estado ligada al diálogo con la ciencia, una realidad que explica conectada a su forma de estar en la Tierra. "El hecho de que me gusten las Bellas Artes tiene que ver con cómo vivo la vida y veo el mundo. En Atenas inicié un proyecto consciente de políticas ambientales vinculado con el decrecimiento con mirada artística", explica, mientras recuerda que todavía no era del todo consciente de estar facilitando un diálogo entre ciencia y arte. "Conocía artistas que utilizaban técnicas científicas de forma estética, si bien a mí no me resultaba atractivo el uso de la ciencia con criterios estéticos. No tenía referentes desde la búsqueda de esta combinación de conocimiento", recuerda.