Si el cambio climático debe complicarnos la producción de alimentos porque nos degrada la tierra, será necesario que nos ponemos a trabajar lo antes posible. No podemos permitirnos perder soberanía alimentaria, ni lo que implica por el desarrollo rural perder la calidad de los suelos.
Para ello, será necesario mantener nuestra tierra fértil, protegerla para que no se degrade hasta límites donde ya no haya vuelta atrás, y hacerlo en un territorio donde tres cuartas partes ya se encuentran en riesgo de desertificación . La aridez que vivimos con el cambio climático, las lluvias mal repartidas, los incendios y la acción humana, han dejado unos suelos en la península que se acercan al abismo de la desertificación .
Mapa de aridez de España. Fuente: MITECO.
Éste es el reto, y en esto trabaja el CREAF desde hace ya unos años gracias a proyectos como el NewLife4DryLands y el nuevo proyecto en curso MONALISA , dos iniciativas que además de ser relevantes para el futuro de nuestro territorio, son relevantes para el CREAF, porque unen dos grupos de investigación en una misión compartida: prevenir y revertir la degradación de la degradación de la degradación mediterránea . Combinan la experiencia de los grupos de investigación Protecsòls , especializado en restauración de espacios degradados, y Grumets , dedicado a la teledetección ambiental.
Gracias al primer proyecto, NewLife4DryLands pudo definirse un protocolo para identificar, intervenir y hacer seguimiento de terrenos degradados . Para ello se diseñó una herramienta de seguimiento por satélite que permitía ver la evolución de las zonas degradadas y también se creó una herramienta de apoyo en la toma de decisiones que guía a los gestores a la hora de escoger la mejor solución basada en la naturaleza según la situación de degradación en la que se encuentre la tierra que quiera recuperar.
Soluciones basadas en la naturaleza para restaurar y revertir la desertificación y la erosión
Soluciones basadas en la naturaleza para restaurar y revertir la desertificación y la erosión
Éste es el punto de partida del proyecto MONALISA, heredero del NewLife4DryLands, que toma su relieve con el objetivo de implementar soluciones basadas en la naturaleza que permitan revertir la degradación del suelo y servir de inspiración por otros territorios. Para ello, el proyecto trabaja en seis casos de estudio donde ya existen iniciativas previas y actores locales implicados, dispuestos a implementar estos cambios profundos codo con codo con los socios científicos. Los territorios escogidos han sido Turquía, Palestina, Creta, España (Córdoba), e Italia (Bari y Cerdeña).
Cada uno de los lugares seleccionados trabaja un reto concreto y los actores locales y los socios científicos analizan la situación actual, las prácticas que se han llevado a cabo, se miran las necesidades y co-diseñan innovaciones que puedan dar respuesta. El CREAF lidera todos los procesos de co-creación y además realiza la coordinación de los socios científicos de cada zona. Además lleva un caso de estudio concreto, en Los Pedroches (Córdoba, España).
En los casos de estudio escogidos se pueden encontrar, tanto zonas agrícolas como espacios naturales y las soluciones basadas en la naturaleza que se valoran en cada caso forman parte de alguna de estas temáticas:
- Soluciones de agricultura de la conservación: fomentan la salud del suelo y la biodiversidad agrícola mediante prácticas como la siembra directa o cobertura vegetal.
- Fertilizantes orgánicos: aprovechan materiales naturales como compost o estiércol para nutrir el suelo y los cultivos, cerrando ciclos de nutrientes y evitando la contaminación.
- Prácticas regenerativas: restauran la funcionalidad ecológica de los ecosistemas agrícolas mediante rotaciones, cubiertas vegetales e integración de la ganadería, aumentando la capacidad del suelo para captar carbono.
- Soluciones de control y gestión ganadera para evitar el sobrepasto: regulan la presión ganadera para permitir la regeneración natural de la vegetación y mejorar la calidad del suelo y del agua.
Córdoba quiere conservar sus dehesas
Córdoba quiere conservar sus dehesas
De los 6 casos el CREAF coordina el caso de estudio de Córdoba, donde ya se trabajó con el Grupo de Desarrollo Rural Adroches en el contexto del proyecto iCisk para desarrollar un Servicio Climático . Este servicio se desarrolló a partir de los modelos de clima, lluvia y aguas freáticas que poseía la Universidad Complutense de Madrid. A partir de estos modelos, y alimentándolos con modelos de predicción futuros, se creó un servicio que permite consultar, a escala de parcela, las previsiones climáticas y adaptar de forma óptima los sistemas de riego y cultivo.
Cultivos de olivo en Los Pedroches
Ahora, con el MONALISA se quiere trabajar un segundo servicio, pero en este caso un Servicio de Suelos, que permita mejorar las prácticas agrícolas que se realizan en las dehesas y plantaciones de olivos de la zona. "La foto actual de las dehesas cordobesas nos deja ver un sistema que no tiene futuro, donde las encinas ya envejecidas no pueden soportar bien las nuevas condiciones climáticas, la sequía, las plagas y los hongos", comenta Domingo. Para tratar de revertir esta situación, el proyecto propone regenerarlas mediante la siembra directa de bellotas, utilizando sistemas que las protejan del ganado -que suele comerse los brotes impidiendo la regeneración natural- y que, al mismo tiempo, les garantice un suministro de agua durante los primeros veranos cuando el árbol todavía es un vástago frágiles. “El suelo de esta zona es muy arenoso, no retiene demasiada agua y es más bien ácido, por lo que la regeneración natural es complicada sin soporte externo”, concluye.
La innovación, en este caso, radica sobre todo en el modelo de sistemas que se utilizarán. Por un lado se probará el sistema Cocoon, pero en la versión 2.0, que tiene mejoras que lo hacen más adaptado al sistema árido mediterráneo. También se testeará un modelo similar pero creado en el territorio e inspirado en las tinas de agua. Un recipiente en forma de donut, hecho de barro, que se llena de agua y se entierra con la bellota plantada en el centro. Esa agua va regando de forma gradual la bellota hasta 60 días durante el verano, por lo que se asegura la supervivencia de esos dos meses, los más complejos por el vástago. El testeo se realizará este otoño donde se plantarán 1000 bellotas de los árboles de la propia finca en 90 lugares diferentes y se seguirán sus condiciones con la instalación de sensores de humedad y temperatura en el suelo.
El sistema Cocoon es un sistema de riego en forma de donut hecho de cartón, que se llena de agua y riega gradualmente la bellota plantada en el centro para favorecer la supervivencia durante el verano.
Vacas con collares GPS y aceite biodinámico
Vacas con collares GPS y aceite biodinámico
Aparte de la regeneración de la dehesa con los nuevos bellotas, el proyecto también quiere mejorar la gestión del ganado para evitar el sobrepasto y trabajar en la gestión de los olivos. Para ello, se han monitorizado las vacas de una finca con collares GPS, para analizar los movimientos que realizan, el pasto, etc, permitiendo hacer mapas de posicionamiento identificar las zonas más frecuentadas y con datos de satélite apoyar al ganadero para decidir una rotación más consciente.
Vaca equipada con un collar GPS que permite monitorizar sus movimientos y el pasto para mejorar la gestión del rebaño y evitar el sobrepasto.
Por otra parte, se está trabajando en una mejor gestión de los campos de olivos, donde se estudiarán medidas que puedan ser positivas por los suelos y evitar que se degraden: la aplicación de los restos de poda en el suelo, las cubiertas verdes, la no labrada o el uso de los cultivos de cereales para hacer compost o biochar, aprovechando también el residuo.
Un nuevo observatorio europeo sobre desertificación
Un nuevo observatorio europeo sobre desertificación
A nivel local el objetivo es claro, testear estas innovaciones sobre el terreno y que puedan implementarse en otros lugares si funcionan. Pero, ya nivel europeo, ¿qué va a hacer MONALISA? A nivel europeo se prevé construir un marco en el que se pueda ofrecer un asesoramiento y seguimiento de los riesgos de desertificación con tecnologías de satélite. "Esto ahora mismo se está haciendo con indicadores desactualizados o herramientas muy antiguas que queremos actualizar con el proyecto", explica Cristina Domingo, investigadora principal del proyecto en el CREAF. Gracias a los resultados del NewLife4DryLands se podrán realizar protocolos y cartografía que debe apoyar al European Soil Observatory del Monalisa.