“La doctrina del shock” describe que quien tiene más poder, genera en la persona con menos poder, un estado de shock que no te permite actuar, ni leer, ni recordar, ni movilizarte.
Este año, desde nuestro equipo de investigación hemos empezado a trabajar para la recuperación de una planta amenazada, el Plantago cornuti. Es tan poco abundante en Cataluña que no tiene nombre común establecido, pero nosotros le llamamos el plantatge cornut (en catalán). Esta planta está amenazada por el contexto de cambio global actual, es decir, por el conjunto de cambios que los seres humanos provocamos y hemos hecho en el planeta Tierra.
La siguiente figura resume los motores del cambio global y sus consecuencias.
La violencia ambiental, tres grandes tipos
Una de las grandes consecuencias de este cambio global son las extinciones de todo tipo de seres vivos, como es el caso del Plantago cornuti con el que trabajamos. Los Aiguamolls de l'Empordà es el único lugar de la península Ibérica donde se ha encontrado esta planta, según los datos recogidos en el libro rojo de flora amenazada de Catalunya escrito por Sáez et al. 2010. Y según los censos que hemos realizado podemos decir que en los últimos 15 años se ha perdido casi un 60% de los individuos de esta especie. Este panorama de posible extinción local inminente nos ha llevado a empezar a realizar refuerzos poblacionales colaborando con la administración pública y con entidades expertas en germinación. De modo que este 2025 hemos plantado nuevos individuos en el campo para ayudar a hacer crecer a la población conocida de Plantago cornuti y así intentar mejorar su estado de conservación y evitar otra extinción en los Aiguamolls del Empordà y en la península ibérica.
Plantago cornuti reproductor y Sandra Saura Mas durante el trabajo de campo de julio 2025, midiendo el crecimiento de los ejemplares de esta especie. Fotografías realizadas en los humedales del Empordà.
Esta planta es una de las muchas especies de flora y fauna amenazadas en el mundo. Según el último informe del IPBES (2019), en torno a un millón de especies de animales y plantas están amenazadas de extinción, muchas en las próximas décadas, más que nunca en la historia de la humanidad. La abundancia media de especies autóctonas en la mayoría de los principales hábitats terrestres ha disminuido al menos un 20%, desde 1900. Más del 40% de las especies de anfibios, casi el 33% de los corales que forman arrecifes y más de un tercio de todos los mamíferos marinos ha caído un 82% y rápidamente desde 1970 (IPBES 2019). Datos similares se han descrito en Cataluña, listados y divulgados a través del último informe del estado de la naturaleza en Cataluña (2020). Hace años que se tiene constancia y evidencia desde el mundo científico de este descenso de biodiversidad, y además, actualmente se dispone de varios modelos de predicción, sobre cómo algunos de estos motores de cambio pueden causar consecuencias nefastas y, por tanto, podemos avanzarnos y encontrar soluciones a partir de las predicciones. Sin embargo, el descenso global de biodiversidad no se detiene.
Al fin y al cabo, se puede decir que el cambio global va muy ligado a la violencia ambiental, entendida como la violencia ejercida hacia el medio ambiente, es decir, el medio natural enlazado con el medio social, y por tanto incluye a los humanos. La violencia puede ocurrir de muchas formas diferentes, pero todas ellas pueden agruparse en tres grandes tipos de violencias, siguiendo la clasificación descrita por Johan Galtung (1969), uno de los uno de los fundadores de la investigación sobre la paz y los conflictos sociales, y que expresa a través de este “triángulo de las violencias”:
Triángulo de las violencias descrito por Johan Galtung (1969) Fuente: Wikipedia
Este triángulo se puede interpretar como un iceberg: en la parte visible, en la punta de arriba de todo, la violencia más visible, la violencia directa (verbal, física y/o psicológica), y en la base, invisibles pero sosteniendo todo el iceberg, las otras dos violencias, la violencia estructural, que se centra en el conjunto de estructuras (sociales, económicas...) que no permiten la satisfacción de las necesidades humanas básicas y la violencia cultural que crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes y relatos que justifican las otras violencias. Galtung creó este triángulo en el contexto de la violencia en relación a las necesidades humanas básicas y por tanto también es válido para los tipos de violencia ambiental, entendido como la violencia contra el medio natural en relación el medio social.
Genocidio y ecocidio ‘van del brazo’
Después de tres días de campaña de campo, el último día revisitamos las plantaciones de Plantago cornuti para evaluar la supervivencia y el crecimiento, y finalmente arrancamos el coche para la vuelta hacia casa. Como reconexión con el “mundo humano”, después de los tres días rodeadas principalmente otras especies no humanas, decidimos escuchar las noticias de la radio dentro del coche, y enseguida derramo lágrimas por dentro y por fuera cuando escucho las barbaridades del genocidio en el pueblo palestino. Y supongo que mi pasión por la naturaleza, mezclada con las noticias que escucho, me llevan a pensar sobre cómo las extinciones de especies y los ecocidios también han ido acompañadas de extinciones de poblaciones humanas enteras a lo largo de la historia. El genocidio e invasión que está teniendo lugar a Palestina me transporta a pensar en la expulsión y genocidio del pueblo tibetano por parte de China, las extinciones de los amerindios con la colonización de América por parte de españoles, ingleses y franceses, y otros rincones del mundo llenos de diversidad de culturas que ya no están. Y sin ir más lejos, aquí mismo, los genocidios llevados ancabo durante las dictaduras de Hitler, Mussolini y Franco. Recordamos la añoranza de Pedro IV al exiliarse de pins turons y quarteres durante la Guerra Civil española:
Según el último informe “Alerta” de la Escola de Cultura de Pau (2024), se contabilizan 37 conflictos armados en todo el mundo, un valor con tendencia a aumentar desde los últimos años. Según el mismo informe, durante el 2023 se identificaron 114 escenarios de tensión en todo el mundo, seis más que el 2022, en línea con la tendencia al alza del número de crisis sociopolíticas que se ha registrado en los últimos años. Además, según el equipo del SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), en concreto Liang et al. (2024), el gasto militar mundial, el 2024, aumentó un 9,4%, en términos reales, unos 2.718 billones de dólares, el total global más alto nunca registrado por esta institución hasta el momento.
Ya hace años que soy consciente de esta cultura de guerra que todo lo estropea y es por eso que también trabajo desde diferentes frentes, como por ejemplo a través de la investigación de cómo las guerras provocan grandes cambios también en los ecosistemas. Lo explicamos muy bien en un artículo con Angham Daiyoub, una investigadora pre-doctoral del equipo con quien he tenido la suerte de compartir el viaje de la dirección de su tesis doctoral. Angham, evidencia en este artículo, a través del análisis de datos cartográficos e imágenes satélite, cómo se ha perdido un 19.3% de la superficie forestal durante la guerra de Siria iniciada el 2011. Las zonas más afectadas son las próximas en las zonas más bombardeadas y también las próximas a campos de refugiados, caminos y carreteras.
(A) Mapa que muestra el alcance de la deforestación en Siria entre el 2010 y el 2019, destacando las zonas de pérdida forestal. (B) Gráfico que ilustra las tendencias en las áreas forestales y no forestales del 2010 al 2019, mostrando los cambios a lo largo de la década. Font: Daiyoub et al 2023
La ONG “The Military Emission Gaps” intenta contabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al gasto militar y también investigar la transparencia y accesibilidad de estos datos. El uso de energía en las bases y el uso de combustible de la operación de equipos militares, como por ejemplo aviones, barcos navales y vehículos terrestres, a menudo se consideran los principales contribuyentes a las emisiones militares. En su página web puedes intentar buscar, por país, en un mapa, qué emisiones produce cada país debido a su gasto militar.
Desde el ICTA (Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental) mapean, desde hace años, los conflictos ambientales de todo el mundo a través del proyecto EJAtlas, y Angham, durante la investigación que hemos hecho para su tesis, también ha visibilizado algunos de los principales conflictos ambientales debidos en la guerra en el caso de Siria como: la contaminación de los ríos, la tala de olivos, la contaminación acústica, la caza ilegal de gacelas en peligro de extinción,… podéis consultar la información completa de la investigación aquí: ejatlas.org.
Cuando hay una grave destrucción de uno o más ecosistemas de forma que la calidad de vida o la paz de los habitantes del territorio donde ocurre disminuye severamente, se puede hablar de ecocidio. Y esto es lo que comporta la guerra en muchos lugares del mundo como es el caso también de las investigaciones que estamos llevando a cabo en Siria. La asociación sin ánimo de lucro “Stop Ecocide International” (SEI) ya hace años que está haciendo acciones y una campaña pública para que el ecocidio se tipifique como un crimen penal grave contra la humanidad y contra la paz en el Tribunal Penal Internacional de la Haya.
El desconocimiento y la deshumanización son la base de la cultura de la guerra y la violencia ambiental. “Los nadie, que no son aunque sean”, como decía Galeano a su poema “Los Nadie”: Mahmud, la Zhora, José, Isabel, el tritón del Montseny, el Seseli de farrenyi de Cap de Creus o el tejo. Si no los conoces, es más fácil que no te importen y ejercer violencia.
Como dice el dicho popular ‘Si conoces, aprecias, y si amas, proteges’.
La paz se aprende
Y es que cuando se extingue un pueblo, la guerra y la violencia asociadas cambian también el paisaje, las costumbres, las especies y los ecosistemas. Inmersos en un sistema occidental basado en la cultura de la guerra, los debates que escuchamos en la política y los entornos comunicativos son casi siempre sobre qué tipo de ejército hay que tener, sobre cómo o cuánto aumentar el gasto militar, quién tiene que tener más armas nucleares… Pero a menudo no informan de otros datos, como que en las últimas décadas casi 2500 bombas atómicas se han lanzado en ensayos nucleares provocando lluvia radiactiva, contaminación y destrucción de ecosistemas (Fundipau, ICAN 2025). Así como tampoco demasiada gente conoce que desde los ataques a Hiroshima y Nagasaki, los Hibakusha -supervivientes de las bombas atómicas- han luchado por la abolición de las armas nucleares y pedido el apoyo al Tratado de Prohibición sobre las Armas nucleares (TPAN). O que existe una ONG llamada ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons) a la que se le otorgó el premio Nobel por la paz por su trabajo por la abolición de las armas nucleares a nivel internacional. O que Albert Einstein, junto con Bertrand Russell escribieron el manifiesto Russell-Einstein en 1955, en plena guerra fría, y viendo el potencial de las armas nucleares, en el que pedían soluciones pacíficas a los conflictos entre países.
Fragmento de conclusión del Manifiesto Russell-Einstein:
“Ante el hecho de que en cualquier futura guerra mundial se utilizarán con certeza las armas nucleares, y que tales armas amenazan la existencia misma de la humanidad, hagamos un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo, para que entiendan, y lo reconozcan públicamente, que sus propósitos ya no se pueden conseguir mediante una guerra mundial y, consecuentemente, deben resolver por medios pacíficos cualquier contencioso que haya entre ellos”.
La cultura de la guerra nos quiere sin memoria, estresadas y sin tiempo, abatidas y preocupadas en un mundo lleno de supuestas amenazas. Es interesante la teoría de Naomi Klein, que denomina esta situación como “la doctrina del shock”, una doctrina de quien tiene más poder, para generar en la persona con menos poder, un estado de shock que no te permite actuar, ni leer, ni recordar, ni movilizarte. Junto con otros factores, la doctrina del shock está también muy relacionada con lo que ahora se denomina, ‘personas desafectadas’, descrito como personas sin cargo de conciencia.
La guerra genera mucho dinero para pocas empresas y personas con muchos intereses, ya sea con la compra-venta de armas como con la reconstrucción de ciudades y pueblos. Esto explica que constantemente oímos hablar mucho más de la guerra a los medios de comunicación, y no de la paz. Porque son estas empresas y personas supremacistas quienes también consiguen crear las narrativas dominantes a través del control de los medios de comunicación de masas (mass media) y así intentar dirigir la humanidad hacia el suicidio y la cultura de la guerra.
Y es que "La paz se aprende". Este es el título de un nuevo libro de dos expertas en educación por la paz, Marina Caireta y Cécile Barbeito (2024), y es que esta es una idea clave para poder transformar y pasar de la cultura de la guerra actual, del sistema occidental a la cultura de la paz. O sea que si queremos transformar, hay que aprender, crear y expandir contranarrativas de paz ante la guerra y la violencia. Y es que igual que hay diferentes tipos de violencia, hay diferentes tipos de paz. Aquí os presento dos tipos, según Johan Galtung, que ya os he presentado antes: la paz positiva y la paz negativa. La paz negativa es una paz basada en la idea de que habrá paz si hay ausencia de guerra, pero la paz positiva entiende la paz no solo como la ausencia de guerra, sino como la presencia de unas necesidades básicas cubiertas y una justicia social y ambiental.
La paz positiva pone la vida en el centro, y hace un llamamiento a poner no solo la vida humana en el centro, sino TODA vida en el centro, ser conscientes que vivimos en un ecosistema, y que, por lo tanto, los humanos no estamos solos, y que formamos parte de un sistema de flujo de energía, materia y de una red con otras muchas especies.
Tenemos las herramientas, solo hay que usarlas
Podemos caer en el falso debate de sí el cambio tiene que venir desde arriba o desde abajo. No hay duda de que es necesario que se hagan cambios desde la política a nivel nacional e internacional, pero mientras esto no pasa, o pasa tan lentamente que no resulta útil, hay que ir actuando desde abajo en la medida que nos sea posible y de nuestras limitaciones personales. Porque el pueblo es quien decide, en una democracia que no es una falacia.
Desde el mundo científico se pueden hacer muchas acciones. A continuación expongo una lista de propuestas y experiencias inspiradoras relacionadas con el actual genocidio a Palestina:
No colaboración con universidades, centros de investigación, empresas, bancos y países que pongan la guerra, el armamento y la violencia en el centro.
EXPERIENCIA:
La Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) se inició en 2004 para contribuir en la lucha palestina por la libertad, la justicia y la igualdad. Defiende el boicot a las instituciones académicas y culturales israelíes a causa de su profunda y persistente complicidad en la negación, por parte de Israel, de los derechos palestinos estipulados en el Derecho Internacional.
Colaboración con científicos/as y población local de pueblos amenazados por las guerras y la violencia estructural desde una visión decolonial.
EXPERIENCIA:
Listado de centros de investigación o universidades de Palestina relacionados con la investigación en ecología:
| Biodiversity & Environmental Research Center (BERC) - Nablus | https://www.berc.ps/ |
| Biblioteca palestina de semillas tradicionales | https://viviensansour.com/Palestine-Heirloom |
| Bethlehem University - The Palestine Institute for Biodiversity and Sustainability (PIBS) and the Palestine Museum of Natural History (PMNH) | https://www.palestinenature.org/ |
| Nature Palestine Society | https://naturepalestine.org/ |
| Palestine Hydrology Group | https://www.phg.org/ |
| Lan Research Center | https://www.lrcj.org/en |
| UAWC - Union of Agricultural Work Committees | https://uawc-pal.org/publications-2/ |
Posicionarse ante las injusticias de las guerras y denunciarlas haciendo de portavoces a través de los medios de comunicación y difusión a los que tenemos acceso.
EXPERIENCIAS
Promover el aprendizaje de la cultura de paz a partir de la educación y las contranarrativas para dejar atrás la cultura de la guerra.
Son muchas las entidades en Cataluña las que trabajan para educar por la paz, y son centenares los libros y recursos didácticos y educativos que existen desde los años 60-70 (juegos, unidades didácticas, webs educativas, infografías, materiales audiovisuales, libros, manuales...). Encontrarás muchísimos actualizados, por ejemplo, en el apartado de recursos de la web de: la Escuela de cultura de paz de la UAB o a la web de Edualter, y, en concreto, también puedes encontrar una selección de recursos educativos para tratar el conflicto entre Israel y Palestina en este otro apartado de la web de la Escuela de Cultura de Paz de la UAB.
Tenemos las herramientas, tan solo hay que usarlas, pasar del pensar al hacer. Actuar.
Llego a casa, cansada de la campaña de campo, después de volver a escuchar las noticias sobre el genocidio a Palestina y me voy a dormir, directamente, sin cena. Me tiro a la cama, cierro los ojos y veolas nuevas plantaciones de Plantago cornuti que hemos plantado desde hace más de tres meses, y sonrío recordando que hoy hemos observado por primera vez que algunos han empezado a florecer. Me resisto a que se extingan porque a cuatro desgraciados les de la gana (como dice una canción de Eléctrica Dharma), y de momento, siguen en pie y aumentando la población, gracias a la plantación que hemos hecho. Finalmente, me duermo recordando una frase que aprendí hace tiempo en un taller de educación por la paz: no tomar parte en una injusticia, es tomar parte, porque es permitir que el sistema dominante e injusto continúe. Sueño con una Palestina libre, verde y viva.
HAGAMOS LA PAZ Y NO LA GUERRA. PONGAMOS LA VIDA EN EL CENTRO.
REFERENCIAS CITADAS
-Barbeito Thonon, C., & Caireta Sampere, M. (2025). La Pau s'aprèn: Com cultivar les relacions i les condicions per una escola pacífica. Editorial Octaedro.
-Brotons, L.; Pou, N.; Herrando, S.; Bota, G.; Villero, D.; Garrabou, J.; Ordóñez, J. L.; Anton, M.; Gual, G.; Recoder, L.; Alcaraz, J.; Pla, M.; Sainz de la Maza, P.; Pont, S. i Pino, J. (2020) Estat de la Natura a Catalunya 2020. Departament de Territori i Sostenibilitat. Generalitat de Catalunya. Barcelona.
-Daiyoub, A., Gelabert, P., Saura-Mas, S., & Vega-Garcia, C. (2023). War and Deforestation: Using Remote Sensing and Machine Learning to Identify the War-Induced Deforestation in Syria 2010–2019. Land, 12(8), 1509. https://doi.org/10.3390/land12081509
-Escola de Cultura de Pau. Alerta 2024! Informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz. Barcelona: Icaria, 2024.
-Fundipau. 2025. https://fundipau.org/
-ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons). 2025. https://www.icanw.org/
-Johan Galtung. 1969. Violence, Peace, and Peace Research. Journal of Peace Research. -Vol. 6, No. 3 (1969), pp. 167-191
-IPBES (2019): Summary for policymakers of the global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. S. Díaz, J. Settele, E. S. Brondízio, H. T. Ngo, M. Guèze, J. Agard, A. Arneth, P. Balvanera, K. A. Brauman, S. H. M. Butchart, K. M. A. Chan, L. A. Garibaldi, K. Ichii, J. Liu, S. M. Subramanian, G. F. Midgley, P. Miloslavich, Z. Molnár, D. Obura, A. Pfaff, S. Polasky, A. Purvis, J. Razzaque, B. Reyers, R. Roy Chowdhury, Y. J. Shin, I. J. Visseren-Hamakers, K. J. Willis, and C. N. Zayas (eds.). IPBES secretariat, Bonn, Germany. 56 pages. https://doi.org/10.5281/zenodo.3553579
- Klein, N. (2007). La doctrina del shock: L'auge del capitalisme del desastre. Editorial Empúries.
- Liang, X., Nan, T., Da Silva, D. L., Scarazzato, L., Karim, Z., & Guiberteau Ricard, J. (2024). Trends in World Military Expenditure, 2024. SIPRI. SIPRI Fact Sheet. https://www.sipri.org/sites/default/files/2025-04/2504_fs_milex_2024.pdf
Agradecimientos a Novact por la información sobre las redes y actividades de acción no violenta del mundo académico organizado para la denuncia del genocidio a Palestina. Y también en la Escola de cultura de la Pau de la UAB por todo lo que aprendo y he aprendido allí, así como por el informe Alerta! y todos los recursos educativos que crean y divulgan sin cesar, año tras año.