Así, nuestros expertos, que ahora están liderados por Vicenç Carabassa y Xavier Domene después de la estrella de Alcañiz, diseñan cómo tiene que ser el suelo “nuevo” y qué enmiendas orgánicas se tienen que aplicar. Son los conocidos como “suelos a la carta” o tecnosuelos y permiten reducir los costes de restauración entre un 20% y un 50%. Pura bioeconomía circular. Una evidencia de este éxito es que la FAO ha integrado en sus guías de buenas prácticas estos protocolos y que, atención, se han reutilizado más de 70.000 toneladas de residuos hasta el momento.
“Hace años que estudiamos cómo la aplicación de enmiendas orgánicas mejora la salud del suelo, y observamos que tiene muchos beneficios. Entre otros ayuda a retener más carbono, aumentar la fertilidad y biodiversidad del suelo, o prevenir la erosión”, explica Carbassa.
De entre los protocolos que se están aplicando hoy en día, uno de los más conocidos es el RESTOCAT, desarrollado con la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental, que explica cómo evaluar las medidas de restauración en minas y su estado ecológico. Hasta el momento, ha permitido monitorizar más de 800 minas abandonadas y establecer qué zonas son prioritarias para su restauración y recuperación del ecosistema una vez se decide cerrar las explotaciones. Actualmente, se ha incluido un protocolo de uso de drones para poder seguir también las minas que todavía están activas y que se ha aplicado sobre el 10% de las minas activas de Cataluña. Esta actividad y alianza también ha permitido una implicación importante del Grupo en el Gremio de Áridos de Cataluña y que el CREAF seamos un miembro institucional de la reconocida ‘Red española de restauración de minas y canteras’.