Los suelos sólo si están vivos sostienen la vida: un llamamiento global y una oportunidad para Catalunya
Los suelos son mucho más que la tierra que pisamos. Son un universo vivo, habitado por millones de especies que, pese a ser invisibles, trabajan por nosotros cada día sosteniendo el funcionamiento de los ecosistemas. Un suelo vivo y sano es fundamental para regular el ciclo del agua, fijar carbono, reciclar nutrientes, y al fin y al cabo, mantener la fertilidad gracias a la cual producimos nuestros alimentos. Los suelos son, por tanto, una pieza clave de nuestra economía , y sin embargo, son a menudo menospreciados, cuando no del todo ignorados, a la hora de desarrollar estrategias de conservación, así como en la toma de decisiones sobre políticas públicas en materia de biodiversidad.
Esta semana, 128 investigadoras e investigadores de todo el mundo hemos firmado una carta abierta publicada en la revista Plants, People, Planet para pedir a gobiernos e instituciones que fortalezcan la investigación y monitorización de la biodiversidad del suelo, un indicador clave de la salud del suelo. Por ejemplo, microorganismos e insectos como hongos, escarabajos, lombrices o ácaros ayudan al suelo a ser más fértil para cultivar alimentos ya resistir plagas. La carta, dirigida a la reunión del Subsidiary Body on Scientific, Technical and Technological Advice de la Convención de Biodiversidad de la ONU (SBSTTA-27), subraya que sin incluir el suelo en las políticas nacionales, difícilmente alcanzaremos los objetivos del Marco Global de Biodiversidad de la Nación de Montreal Ecosistemas.
Más allá de estas grandes iniciativas internacionales, que a menudo nos parecen muy alejadas de nuestra realidad local, la llamada de las expertas bajo firmantes de la carta es clara: hay que coordinar y armonizar esfuerzos entre países . Esto se traduce en adoptar procedimientos estandarizados para el muestreo y la evaluación de la biodiversidad del suelo como los que propone el Observatorio Global por la Biodiversidad del Suelo . Sólo así podremos comparar los datos que tanto esfuerzo y dinero nos cuesta obtener y actuar de forma efectiva ante la degradación de los suelos, un problema que ya compromete la productividad agrícola, aumentando la erosión y pérdida de carbono en nuestros ecosistemas a escala global.
Búsqueda global con un foco local
Búsqueda global con un foco local
Pero además de mejorar la coordinación entre países, a título personal aún añadiría que es necesario mejorar la coordinación entre instituciones dentro de los países . Hacerlo supone todo un reto y al mismo tiempo una oportunidad de liderazgo por Cataluña. Nuestro país cuenta con iniciativas pioneras en España como el proyecto SISEBIO , liderado por el CREAF, que tiene como objetivo conocer y monitorar la biodiversidad del suelo en los diferentes ecosistemas. Para que este esfuerzo sea plenamente efectivo, es necesario extender su ámbito de actuación, dotarlo de financiación estructural, y que, en la medida de lo posible, se alinee con los procedimientos armonizados propuestos a nivel internacional. Esto sólo será posible si se siguen fortaleciendo nuestras instituciones de investigación y seguimiento de la biodiversidad , tanto aquellas de relativamente nueva creación como es el Observatorio del Patrimonio Natural y la Biodiversidad de Cataluña , como aquellas ya existentes como los Museos de Ciencias Naturales de Barcelona y de Granollers , o el Centro de Recursos de Biodiversidad Animal de la Universidad de Barcelona.
Un buen ejemplo de las oportunidades que supone alinear los objetivos y capacidades de estas instituciones, podría ser la muy necesaria construcción de un banco de códigos de barras genéticos de la biodiversidad presente en Cataluña . Una técnica molecular que aprovecha secuencias cortas del ADN de las especies para identificarlas de forma eficiente, rápida y económica, pero que sólo es fiable si disponemos de librerías de referencia taxonómicamente cuidadosas y precisas. No tenemos ninguna por la biodiversidad catalana y dependemos de iniciativas desarrolladas por terceros países. Gracias a las valiosas colecciones que custodian el MCNB, el MCNG o el CRBA, desarrollar este banco de datos genéticos requiere de una inversión mínima y el resultado sería tener una herramienta clave para identificar especies y seguir su distribución y abundancia a lo largo del tiempo.
No cabe duda de los potenciales beneficios que supone la cooperación entre instituciones de un mismo país. Pero el reto es superar las múltiples barreras que de manera inesperada surgen en el proceso. Es éste el caso de la bienintencionada propuesta de creación de la Agencia de la Naturaleza de Cataluña , una iniciativa que quedó encallada en la pasada legislatura, y que precisamente debería ser fundamental para garantizar la coordinación institucional y la continuidad de las políticas encaminadas a aumentar el conocimiento y la conservación de nuestro patrimonio natural . Como a menudo oímos decir, necesitamos, también en esto, una mirada larga y un sentido de país. Necesitamos estructuras estables propias, bien financiadas, que coordinen nuestros esfuerzos en investigación, gestión y divulgación de los valores asociados a la biodiversidad.
La salud de nuestros suelos es la salud de nuestros ecosistemas y también la de nuestro sector primario, y por tanto, la clave de vuelta del sostenimiento de nuestra alimentación futura . En un tiempo marcado por el cambio global, es ahora más que nunca imprescindible que nos coordinemos internacionalmente, y para conseguirlo es necesario empezar por ponerse de acuerdo también en nuestro país.