El CREAF participa en un nuevo informe de la Oficina C sobre la sequía en España

La sequía es un fenómeno natural que comparte toda la región Mediterránea, el problema es que con el cambio climático está intensificando su frecuencia e intensidad y España se sitúa como una de las regiones más vulnerables. Esta nueva realidad amenaza sectores clave como la agricultura o el turismo, la producción de energía y afecta al buen funcionamiento de los ecosistemas, entre otras consecuencias. Ante este escenario, la Oficina C —la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados—, ha presentado un informe exhaustivo que analiza la magnitud del problema y los desafíos del contexto climático actual. Para elaborarlo han contado con 22 voces científicas de centros de investigación de todo el país, entre ellas, Annelies Broekman y Cristina Domingo-Marimon, investigadoras del CREAF.  

Por su lado Cristina Domingo-Marimon ha aportado una radiografía de cómo los cambios de oscilaciones han impactado las condiciones de sequía, también cómo cambiaron los regímenes de sequía en los años 80s, también ha contribuido a la sección de prácticas agrícolas y ganaderas para uno uso sostenible de agua y el suelo, con todo el conocimiento que ha aprendido a través de los proyectos BESTMAP y MONALISA. 

En cuanto a Annelies Broekman ha contribuido en especial a otro capítulo clave: cómo funciona y cómo podría mejorar la gobernanza del agua, es decir, el conjunto de normas, decisiones y espacios de participación que determinan cómo se gestiona este recurso. Entre otras cosas, señala que es necesario reforzar todavía más los espacios de diálogo entre administraciones, ciudadanía y tejido empresarial para construir la hoja de ruta.  

Algunos de los datos clave que recoge el documento es que el principal consumidor de agua en España es el sector agrario (80 %), seguido del abastecimiento urbano (16 %) y la industria (4 %). También señala que la presión hídrica es mayor en primavera y verano, porque coinciden campañas de riego, más consumo urbano y turismo, justo en la época de menos precipitaciones. Esta combinación provoca que, en muchas zonas, haya más demanda que agua disponible, dando lugar a una escasez estructural que va más allá de los episodios puntuales de sequía. 

Para hacer frente tanto a los períodos de sequía como a la escasez de agua, no hay una solución única y el informe propone una batería de recomendaciones que se tienen que diversificar y adecuar a cada situación. Algunas de las propuestas incluyen reducir la demanda de agua y usarla con más eficiencia, por ejemplo, en el caso de la agricultura, evitar que el hecho de modernizar los sistemas de regadío aumente la superficie de riego. También propone restaurar y proteger los acuíferos y los cursos de agua naturales y complementar con soluciones tecnológicas como la desalación, la regeneración o la captación de lluvia urbana, entre otras cosas.  

Además, también recomienda actualizar los planes de sequía, incluso en los municipios más pequeños, e integrar el cambio climático en toda la planificación hidrológica, porque, según análisis científicos, invertir en prevención puede ser hasta tres veces más rentable que reaccionar cuando la sequía ya está sucediendo.  

El informe de la sequía se ha presentado recientemente en una jornada en la Sala Clara Campoamor del Congreso de los Diputados. Tres de los coautores Sergio Vicente, investigador del IPE-CSIC, Julio Berbel de la Universidad de Córdoba y Nuria Hernández-Mora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, participaron en una mesa redonda para desgranar aspectos clave del documento. El acto también contó con la participación de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y de la directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), Izaskun Lacunza y los coordinadores de la Oficina C Ana Elorza y Pedro Peña. 

“Este informe aborda un tema clave para la sociedad y para las políticas públicas: la sequía, la gestión del agua y la vulnerabilidad ecológica y socioeconómica del país. Es esencial aportar rigor científico y conocimiento técnico especializado en un informe que está directamente vinculado a las decisiones políticas y de gestión territorial”, añade Cristina Domingo-Marimon.

La Oficina C es una iniciativa impulsada por la Mesa del Congreso en colaboración con la FECYT. Su misión es ofrecer información científica independiente a los parlamentarios para facilitar decisiones legislativas basadas en evidencia. Hasta la fecha ha publicado informes sobre hidrógeno verde, inteligencia artificial y salud, ciberseguridad, envejecimiento, calidad del aire, incendios forestales o enfermedades neurodegenerativas, entre otros temas prioritarios.

Ambas investigadoras del CREAF coinciden en que la articulación entre ciencia y política es fundamental para afrontar crisis como esta, y participar en esta iniciativa de la Oficina C es una manera concreta de reforzar este vínculo y aportar una perspectiva basada en datos y rigurosa al conjunto de la sociedad.