CREAF

No todas las especies responden igualmente a los cambios ambientales, y algunas están mejor adaptadas que otras para hacer frente a los nuevos desafíos. La pérdida de diversidad funcional y filogenética debido a la pérdida de hábitat tiene un gran potencial para alterar el funcionamiento de los ecosistemas y reducir la estabilidad y, por lo tanto, afectar la sostenibilidad a largo plazo de los servicios de los ecosistemas. Los estudios anteriores sobre las causas y consecuencias de la pérdida de biodiversidad debido a actividades humanas adoptaron un enfoque de ‘space for time substitution’ para cuantificar los impactos de la alteración del hábitat. Sin embargo, los impactos en las funciones de los ecosistemas y la historia evolutiva a lo largo del tiempo aún están por descubrir. Por lo tanto, propongo avanzar en el conocimiento utilizando un enfoque multidisciplinario que combina monitoreo a largo plazo, análisis de nichos, herramientas SIG, análisis comparativos filogenéticos y modelos ecológicos para comprender por qué ciertas especies están mejor preparadas para responder a los cambios ambientales que otras, y cómo la variación espacio-temporal en las respuestas a los cambios de hábitat altera la estructura de las comunidades en términos de diversidad funcional y filogenética. Apoyándome en la base de la teoría clásica de los ‘life history traits’ y el trabajo teórico y empírico moderno, pretendo integrar autoecología y ecología de comunidades para investigar las causas y las consecuencias a largo plazo de la urbanización y la agricultura para la biodiversidad en comunidades de aves. Los resultados nos proporcionarán un panorama general del impacto del cambio en el uso de la tierra en la biodiversidad, lo que nos permitirá orientar mejor las decisiones de gestión y también nos permitirá evaluar hasta qué punto la diversidad funcional está más protegida en comunidades ricas en especies.